- ¿Bifecito con ensalada?
- No, gracias, ensalada sola
- ¿No te vas a comer un bifecito, Enrique?
- No, no como carnes
- ¿Sos vegetariano?
- Si te gusta decirlo así... como nomás asado.
- Una rama autóctona del partido vegetariano, che.
- Callate, pelotudo
- -Y vos, Lucrecia, ¿un bifecito con ensalada? ¿o también te dan lástima las vacas?
- Yo nunca hablé de lástima
- No, a mí ser vegetariano me parece una taradez
- ¿Sos carnívora?
- No, tampoco. Yo creo que los vegetales, como único eslabón de la cadena alimenticia que produce su propio alimento, tienen más derecho a la vida que los animales, que nosotros mismos.
- ¿Derechos? Son plantas, qué derechos pueden tener… para tener derechos tienen que tener responsabilidades, y las plantas no tienen ni siquiera sentimientos.
- ¿Qué sabés? Yo cuando veo una planta me doy cuenta, si está contenta, si está caída. Que no lo expresen verbalmente no significa que no tengan sentimientos ¿o los mudos para vos no tienen sentimientos? A comer mudos, entonces.
- Qué tiene, los chinos se comen los perros
- Pero callate, gustavo, no vas a comparar eso con comer gente. Pasame la sal.
Gustavo pasa la sal en la mano a Lucrecia.
- Para mi comer perros es peor, ¡son el mejor amigo del hombre! Yo no tengo ningún amigo mudo.
- Mirá: la diferencia entre comer mudos y comer plantas es que las plantas no pueden sentir porque no tienen cerebro.
-Porai no un cerebro como estás acostumbrado a concebirlo vos, como te lo dan en la carnicería, pero tienen. Cuando les falta agua, por ejemplo, se ponen tristes, yo me doy cuenta. O si les abono abono la tierra crecen más fuertes y con más ganas, como una persona.
- Se ponen contentas si les tirás bosta, ves. Eso es porque no tienen cerebro, escuchame.
- Ay, callate, Enrique, estás discutiendo por discutir.
Se quedan todos callados unos segundos comiendo. La sal vuelve a la mano de Lucrecia, y después queda en la mesa. Ahora Enrique se para, se sirve agua, y se vuelve a sentar.
- Para mí está mejor comer perro que vaca.
- ¿Cómo?
- Claro, hay que dar y recibir. La vaca se come el pasto, pero a cambio da la leche. El perro come, come y come y nada. Nomás resta, porque come y no produce.
- ¿y qué te vas a hacer, canino lácteo non ovo?
- No, digo nomás, que es injusto.Si, o sino habría que comer coreanos.